Todas las mujeres deben saber porqué no deben comerse esta parte del pollo y los riesgos para su salud.
Todos los organismos están preparados para combatir por medio de sus anticuerpos los ataques dañinos que recibe a través de los mismos alimentos que ingerimos.
Porque ya sabemos que la salud empieza con una alimentación sana y equilibrada, pero al mismo tiempo la alimentación también puede perjudicarnos provocando dolores de estómago, dolores de cabeza o indigestiones que son síntomas de que nuestro cuerpo intenta eliminar todas estas toxinas agresivas.
En la mayoría de los casos cuando hablamos de comidas dañinas apuntamos básicamente a la comida chatarra, los refrescos y todo tipo de alimento procesado y dentro de este grupo entran las más consumidas como son las hamburguesas, las papas fritas y todo lo que tiene que ver con comidas rápidas en donde encontramos una cantidad de químicos absolutamente nocivos para la salud.
Un alimento muy popular y que puede prepararse de muchas maneras es el pollo. ¿De cuántas maneras lo hemos disfrutado?
Frito, al horno, a la parrilla… de muchas formas. Y aunque parezca un alimento saludable, aún dependiendo de la elaboración, se ha dado a conocer que las alas de pollo pueden resultar nocivas para la salud en función de que al estar industrializada la cría de pollos, no es un secreto que las empresas inyectan hormonas a estos animales con el fin de acelerar su crecimiento y engorde, y de esta manera hacer que rindan más.
El punto es que los criadores de pollos inyectan puntualmente en las alas las hormonas de crecimiento y es por esto que precisamente en este lugar la concentración hormonal es más alta.
Estas hormonas no son nada saludables y a ellas se les atribuyen los quistes en el útero y en las mamas que han desarrollado algunas mujeres. Éstas son cuestiones delicadas a las que todos debemos prestarles atención.
Como consejo, te sugerimos que disminuyas el consumo de alas de pollo y que antes de hacerlo laves bien este alimento para reducir los riesgos en tu salud.