Un familiar dermatólogo me contó esta receta y nunca más volví a hacerme pedicura. Mis pies nunca se vieron tan bien.

Cuando te calzas tus mejores sandalias y de pronto ves que tus talones no lucen muy glamorosos, ya es tarde para intentar una solución a la piel reseca y resquebrajada.

Dentro de los cuidados y la atención que le dedicamos a nuestro cuerpo, debemos reconocer que los pies no ocupan el primer lugar y de pronto notamos que lucen completamente antiestéticos con grietas en los talones que toman un color blancuzco y a menudo generan dolor.

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Para los días de calor y de uso de calzado abierto que hará que tus talones queden a la vista, hoy te traemos un tratamiento casero que te ayudará a hidratar la piel de los pies a la vez que eliminará esas durezas molestas y desagradables devolviéndoles a tus pies la apariencia suave y delicada que se merecen.

Este tratamiento puedes realizarlo en la comodidad de tu casa y no representará prácticamente ningún costo, de modo que hoy mismo puedes empezar a embellecer tus pies y compensarlos por la presión y el esfuerzo al que están sometidos a diario.

Ingredientes:

  • 3 tazas de leche
  • 5 cucharadas de avena
  • 5 cucharadas de aceite de coco
  • Bicarbonato de sodio

Sigue los siguientes pasos:

Calienta la leche lo suficiente como para que soportes el calor al sumergir los pies en ella. Agrega la avena y el aceite de coco y mezcla bien. Coloca los pies dentro de esta preparación. Agrega un poco de bicarbonato de sodio y frota tus pies con un cepillo o una esponja vegetal. Deja los pies sumergidos por 10 minutos y seca bien.

Remueve la piel seca con una lima y al finalizar, humecta tus pies con una crema hidratante.

Realiza este tratamiento preferentemente de noche para que tus pies descansen después de la exfoliación.

La leche cuenta con maravillosos beneficios para la piel: hidrata, suaviza, elimina impurezas, alivia irritaciones y aclara.

A continuación te ofrecemos una lista de beneficios que puedes obtener de la leche para mejorar la calidad de tu piel.

  • Hidratación de la piel seca

La leche equivale a una crema hidratante con proteínas y vitaminas que hidratan la piel y le devuelven la tersura y suavidad que se van perdiendo con la edad y los factores externos que la debilitan. Es ideal para piel seca y resquebrajada.

  • Blanquea la piel

La leche regenera los pigmentos de la piel y rejuvenece las células ayudando a alcararla y devolverle su color uniforme.

  • Repara la piel envejecida

La leche ayuda a reducir las arrugas gracias a sus enzimas, proteínas, vitaminas y minerales y de hecho, se le atribuía a Cleopatra el poseer una piel envidiable gracias a sus baños en leche de burra.

  • Calmar la piel sensible

Las personas con pieles sensibles además de sufrir rápidamente las consecuencias de la exposición al sol o al frío, también deben prestar especial atención a las cremas que utilizan en la piel ya que es probable que las que son de baja calidad también les provoquen irritaciones y reacciones alérgicas.

Para estos casos la leche también es una opción válida. Masajea tu piel sensible con leche 2 veces al día, enjuaga con agua y seca. Esto te ayudará a conservar una piel hidratada y limpia.

  • Calma el ardor por quemaduras de sol

Para estos casos es preferible utilizar leche descremada para que la grasa propia de la leche no aísle el efecto refrescante y reparador en la piel luego de haber sufrido quemaduras de sol.

Aplique compresas de leche fría con un paño sobre la piel dañada y alivie el ardor y la inflamación gracias a sus poderes antiinflamatorios  y reparadores de la piel.