Educa sin gritos!! Conoce las 4 claves las cuales te ayudaran a enseñar a tus hijos!!!

¿Quién no ha gritado alguna vez a sus hijos? Se quiera reconocer o no, los padres y madres saben que alguna vez, o muchas, gritan a sus hijos.

Cierto es que la vorágine del día a día, las prisas, los atascos, el estrés de la casa, el trabajo, de llegar a fin de mes…, favorece que podamos estallar con una palabra más alta que la otra cuando un hijo no hace caso a la petición de sus padres. Al final, el estrés de los padres lo pagan los hijos.

Según Tania García, experta en Educación Respetuosa y asesora familiar, educar con gritos, no es más que un sistema fácil y cómodo al que recurren los padres. Es decir, «como no tienen otras herramientas, deciden hacer uso de aquello que han conocido cuando ellos eran pequeños, aunque no se sientan bien llevándolo a cabo».

Cada vez es más habitual encontrar familias que resuelvan todo a gritos y parece imposible una vuelta atrás, a las conversaciones y negociaciones sin elevar la voz. Tania García, invita a los padres a reflexionar sobre este asunto porque, como ella misma apunta, las consecuencias negativas de los gritos a nuestros hijos son múltiples; los beneficios, ninguno. «Educar gritando les aporta: malestar constante, estrés, problemas de concentración, desmotivación, frustración, rabia, baja autoestima, desatención, mal ejemplo (si gritamos, ellos gritarán), y un largo etcétera».

Por este motivo, esta experta asegura que es posible educar sin gritos, aunque reconoce que conlleva un esfuerzo por parte de los padres. «Es mucho el trabajo de desapego que se tiene que hacer con el pasado y con la sociedad, pero una vez en ello, todo es mucho más sencillo, además de aportar serenidad, bienestar, confianza y comunicación positiva a los hijos y a su personalidad presente y futura».

Para lograrlo recomienda llevar a cabo los siguientes pasos:

1.- Permite a tus hijos que te expliquen la situación:

Desgraciadamente, los padres a veces solemos juzgar sin saber qué pasó en realidad, por lo que debemos detenernos a pensar que nuestros hijos tuvieron motivos para hacer o decir algo.

2.- Mira desde la perspectiva de un niño:

Esto es fundamental porque generalmente lo que es importante para los padres no suele serlo para los niños, debido a que ellos siempre están buscando la oportunidad de jugar y de librarse de sus obligaciones simplemente porque son niños y así es la etapa de la infancia.

3.- Analiza la situación:

Si después de que tus hijos te explicaron a detalle lo que pasó y no estás seguro en cuanto a lo que debes hacer al respecto, lo mejor es que lo pienses con calma, y si crees que debes sancionar a tus hijos puedes optar por darle una función como ordenar sus juguetes o su ropa, pero en cambio sí llegaste a la conclusión de que no fue tan grave sólo deja pasar el momento.

4.- Conversa con tus hijos:

Recuerda que no es bueno amenazar a los niños para que te obedezcan por miedo, ya que si hablas sinceramente con ellos y de forma cariñosa crearás un vínculo importante en donde habrá confianza.